Convento de los Camaldulenses en Bielany

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En la colina llamada el Monte de Plata, destacan las torres blancas de una iglesia sumergida en un bosque verde. Es el convento de los camaldulenses, uno de dos que funcionan en Polonia. El nombre del distrito donde se encuentra el convento —Bielany— proviene de los característicos hábitos blancos de los monjes.

Esta orden ermitaña fue traída a Polonia por el gran mariscal de la corona polaca, Mikołaj Wolski, en 1603. Los monjes buscaban un lugar alejado de los barrios de viviendas, para poder venerar a Dios tranquilamente. Se eligieron las Colinas de San Estanislao, una zona que pertenecía a Sebastian Lubomirski, un aristócrata que no quería deshacerse de sus tierras. En su ayuda acudió la futura esposa del propietario, Anna Lubomirska, que propuso a Wolski que organizara una cena solemne. Durante el banquete, Sebastian Lubomirski, como estaba de buen humor, le prometió a Wolski que cedería las colinas boscosas. Para agradecérselo, el mariscal le regaló a Lubomirski la vajilla de plata utilizada durante la cena. De ahí el nombre del monte donde se encuentra hoy en día el convento.

Al poco tiempo, se construyeron las primeras casitas para los eremitas: en cada una de ellas iba a vivir, de acuerdo con las reglas, un monje. También comenzó la construcción de la iglesia de Asunción de Nuestra Señora, diseñada por el arquitecto italiano, Andrea Spezza. El rico mobiliario de la iglesia se remonta a los siglos XVII y XVIII. En la cripta situada junto a la entrada al templo yace Mikołaj Wolski, el fundador del convento que falleció en 1630 y de conformidad con su deseo fue enterrado con un hábito camaldulense. En el sótano, debajo del presbiterio, se encuentra una capilla y cripta donde se tapian los cadáveres de los monjes fallecidos. Al cabo de cien años, se hace una exhumación y los restos humanos se trasladan a un sepulcro común, con el fin de dar espacio a nuevos cadáveres. Todo el complejo conventual se ha conservado hasta nuestros días prácticamente intacto.

El convento de Bielany lo visitaron varios reyes, entre otros, los reyes Vladislao IV Vasa y Juan II Casimiro durante el "Diluvio Sueco" y el rey Juan III Sobieski antes de la batalla de Viena. En 2002, San Juan Pablo II visitó a los monjes y les dijo entonces: Cracovianos, ¿sabéis a quién le debéis que vuestra ciudad se haya mantenido segura e intacta durante tantos siglos? Es gracias a los camaldulenses; ellos son vuestros pararrayos.

Los camaldulenses constituyen una orden de eremitas monásticos. Viven en ermitas individuales, se reúnen solo durante misas y oraciones. Comen juntos solamente algunos días al año. Pueden conversar solo tres días a la semana: los martes, jueves y sábados. Durante sus oraciones en la iglesia, los camaldulenses no utilizan ni órganos ni otro tipo de instrumentos musicales. En el convento, no hay ni radio, ni televisión. Tampoco se conceden bajas ni visitas a los familiares. Una curiosidad interesante es que la congregación camaldulense posee nueve conventos en todo el mundo (dos de ellos en Polonia) y casi la mitad de todos los monjes son polacos.
Se pueden visitar tanto la iglesia como el convento, pero hay que seguir una regla muy rigurosa de la orden. Los hombres pueden entrar a lo largo de todo el año, en el horario de la apertura, es decir: de 8:00 a 11:00 y de 15:00 a 16:30. En cambio, a las mujeres solo se les permite entrar doce días al año:

  • el Domingo de Pascua
  • el Lunes de Pascua
  • 3 de mayo
  • el domingo de Pentecostés
  • el lunes tras el Pentecostés
  • el domingo después de 19 de junio
  • el segundo domingo de julio
  • el cuarto domingo de julio
  • el primer domingo de agosto
  • 15 de agosto (Asunción de la Virgen)
  • 8 de septiembre (Nacimiento de la Virgen)
  • 25 de diciembre (Navidad)
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